sábado, 28 de noviembre de 2009

ANDANZAS DEL ARROYO VEGA

Buenos Aires està cruzada por muchos arroyos de llanura cuyo entubamiento los ha convertido en pluvioductos que son causa de las recurrentes inundaciones que padece la ciudad. Entre otros arroyos mencionaremos el famoso Maldonado, el Medrano, el Cildañez, el White, el Ugarteche y algunos menos conocidos como el Teuco, el Erezcano y el Lafayette que desembocan en el Riachuelo. Entre los màs conflictivos se encuentra el Arroyo Vega

Quiere la tradición que un antiguo poblador ribereño le haya legado su nombre. La revista Fray Mocho publicò en 1912 la fotografía de un centenario ombù sombreando el rancho del “Viejo Vega” a las orillas del arisco arroyo que con el correr de los años fuera conocido también con los nombres de San Martín y de Blanco Encalada. En el plano de Buenos Aires publicado por Adolfo Sordeaux 1850, aparece trazado el curso del Vega:

*nace en la zona de La Paternal por la convergencia de diversos zanjones de desagüe de Villa Urquiza, Belgrano y Chacarita;
*atraviesa en diagonal las actuales calles Chorroarìn y Donato Alvarez (un tramo se llama hoy Combatientes de Malvinas) hasta la calle Holmberg;
*allì tuerce hacia Juramento en direcciòn de Estomba por donde zizaguea hasta Mendoza y Superì;
*en este cruce su cauce retoma por Juramento hasta Conde y luego, en sesgo, hasta Freire y Echeverrìa, desde donde regresa en direcciòn de Blanco Encalada y seguir una lìnea mas o menos recta hasta Hùsares y Monroe para desembocar en el Rio de la Plata, al norte de la Ciudad Universitaria, por cinco salidas de 4,80 m. de altura. Su cuenca tributaria abarca unas 1600 Ha.

A cauce abierto fue un arroyo peligroso por sus desbordes que solían arrastrarlo todo a su paso. La primeras preocupaciones por las andanzas del arroyo Vega datan de 1869 cuando la Comisión Municipal de Belgrano mandó a construir una zanja que diera salida a las pestilentes aguas estancadas después de cada creciente. Nada parecía contener la furia del arroyo. El Intendente Municipal D. Francisco Bollini (1890/92) confiesa en sus memorias que, uno de los rotundos fracasos de su gestión fue no haber podido domarlo.

En 1869 la Corporación Municipal aprobò la apertura de una zanja que permitiera dar salida a las pestilentes aguas que se estancaban después de las inundaciones y, recièn quince años más tarde, se dispuso nivelar el terreno y practicar desagües a lo largo de su recorrido, tarea que estuvo a cargo del ingeniero Argmando Saint-Yves.

En las memorias del Intendente Municipal Francisco Bollini (1890/1892) puede leerse sobre el primer intento de canalización que no llegò a concretarse : “….me di cuenta del peligro para el lugar y para las aguas corrientes que ofrecía el Arroyo Vega que desemboca en el rio a corta distancia del punto de toma. Concreto es su malísimo estado, causado por el desagûe de las fàbricas instalas en el Bajo Belgrano. Pretendí llevar a cabo su canalización parla nivelarlo y facilitar su desagüe pues por él corren las aguas pluviales de una gran extensión de la Capital, de la parte limítrofe de la Provincia de Buenos Aires. Como no se entregara por el gobierno la draga solicitada, nada se hizo. Ordené enseguida se cortasen los caños de las fábricas y se desconocido la medida pues no hay en que apoyarla….A pesar del tiempo transcurrido, de mis reiterados pedidos y de las quejas del vecindario, nada se ha resuelto que no sean consejos y recriminaciones de la Municipalidad que es la primera que ha hecho notar el peligro para el vecindario y que nada puede hacer por falta de autoridad…”

El último tramo de su curso, estaba poblado por misèrrimos caseríos. En Blanco Encalada entre Miñones y Artilleros se encontraba el almacén y despacho de bebidas llamado “La miseria” en obvia alusiòn a su imagen. Cerca de alli, sobre la misma calle Artilleros, en una de las márgenes del puente conocido como “El aburrido”, se levantaba “El palacio de cristal” sarcasmo con el cual se conocìa a un conventillo hecho latòn en cuyos dos pisos y en treinta habitaciones, vivía un conglomerado de familias rusas e italianas. Algunos investigadores sugieren que el nombre provenía del efecto del reverbero del sol sobre las chapas. Felix Lima, lo describe con certero brochazo: ¿Qué me dice dése “chateau” con más aujeros quél palomar de Caseros?...Ahí tiene el “Palacio de Cristal” un convento ruso-calabrés de a diez pesos por mes el bulín. Para verano es regularcito porque dentra el fresquete por la chapa de cinc como espumaderas, pero ahura...¡de bronconeumornia crepó un Moisé, anteayer, con gorro de piel de oso y todo! (Pedirán / El bajo de Belgrano)

Recièn en 1912 y después de las grandes inundaciones del año anterior –el agua sobrepasò el metro y medio de altura sobre el puente de Cabildo y Blanco Encalada- comenzaron las primeras obras de canalización y desagües que estuvieron a cargo del agrimensor Luis Gotusso, del Departamento de Obras Pùblicas de la Municipalidad. Las obras se llevaron hasta la calle Migueletes, en la zona entonces conocida como “La vuelta del Pobre Diablo”, ensanchàndose la calle Blanco Encalada desde la avenida del Tejar hasta las vias del ferrocarril.

El proyecto original pretendía convertir a Blanco Encalada en una hermosa avenida arbolada que embelleciera la zona y “diera un nuevo impulso al valor, al comercio y a la comodidad, ademàs de embellecer notablemente una parte de no pequeña de las parroquia…” pero los vecinos se opusieron pidiendo obras de desagüe y muros de contención. Se colocaron entonces, defensas en las esquinas, una suerte de pasamos o barandas de las que queda como testimonio la ubicada en la vereda del museo Yrurtia en Blanco Encalada y O’Higgins.

De todos modos sobre Blanco Encalada se colocaron siete puentes peatonales en los cruces con Crámer, Vidal, Moldes, Amenàbar, Obligado, Cuba y Arcos. Eran puentes de hierro con un sistema de pivote que permitìa girarlos y colocarlos paralelos a las veredas.

Las obras de canalización del arroyo siguieron a ritmo muy lento. En 1915 una comisiòn de vecinos presidida por el señor H. Heuss, entrevistò al Intendente Municipal, Antonio Gramajo, para reclamarle la exoneraciòn de un 40% en el pago del afirmado de la calle Blanco Encalada porque la zona no habìa mejorado su desventajosa situación en los dias de lluvia. En todas las Memorias Municipales hasta 1933, se advierte la preocupación vecinal por la insuficiencia de los trabajos realizados.

Todavía por 1934 un buen trecho del Vega, desde su nacimiento hasta Olazábal y Zapiola corrìa a cielo abierto. El entubamiento se concluyò en 1941 pero ya se sabìa de la necesidad de nuevas obras. Por debajo de la actual calle Miñones corría otro arroyo que fue cegado cuando se construyeron terraplenes para defensa de las crecidas. Era el arroyo De los Membrillos que se abría en dos brazos a la altura de la calle Ramsay para hundirse en un socavón rumbo al río.

En 1936 se habìa previsto la construcciòn de un canal aliviador que arrancarìa en Amenabar y Sucre y otras obras complementarias que no comenzaron a realizarse hasta 1997. Aún hoy, después de haber sido detenidos parcialmente los trabajos durante las administraciones Ibarra y Telerman, el aliviador está sin concluir, habiéndolo prometido el actual Jefe de Gobierno para fines de este año.

En 1985 se produjo una de las tormentas mas extraordinarias de que se tenga registro en la ciudad: cayeron cerca de 400 Mm. en menos de 24 horas. La calle Blanco Encalada se convirtió en un verdadero río cuya fuerte correntada destrozó vidrieras y arrastró vehículos a su paso. El crecimiento edilicio de la zona había superado todos los cálculos realizados en 1936 para el entubamiento definitivo del arroyo.

Interesante anécdota

El 18 de mayo de 1934 el ingeniero de Obras Sanitarias de la Nación don Francisco Terrone realizó una visita de inspección al conducto. A unos 500 metros de la desembocadura, sobre una de las paredes, se veía una construcción reciente. Era una compuerta de unos ochenta centímetros de lado, herméticamente cerrada, que no formaba parte de la obra original. Hecha la denuncia del hallazgo, la policía localizó en un galpón situado en Monroe y Húsares el acceso a dicha compuerta.

La propiedad era de don Alejandro Orezzolli, conocido en el ambiente del turf como “Churrinche” quizás la figura señera del turf del Bajo Belgrano, cuidador de los caballos de don Benito Villanueva y uno sus importantes punteros políticos en el Bajo Belgrano. Jorge Larroca reproduce en su libro Entre cortes y apiladas (Ediciones Cruz del Sur 1981) sendas notas de Villanueva a Orezzoli con instrucciones para los comicios de noviembre de 1906.

Se presumió que la construcción habría sido utilizada para entrar mercadería contrabandeada por el río, aunque don Alejandro Orezzoli demostró que la casa la había adquirido en 1932 y que nada sabía del asunto. Como es de suponer el tiempo se encargó de aletargar la investigación y todo quedó como una de las tantas anécdotas lugareñas.

Orezzoli, que en sus comienzos había sido carrero y carnicero, hizo una gran fortuna y entre sus inversiones, cabe mencionar la compra de la quinta que fuera del General Mansilla, extendida desde la desembocadura del arroyo Vega, en la hondonada del río donde había un amarradero conocido como Puerto Churrinche, hasta lo que hoy es el cruce de la Avenida Lugones y La Pampa. Esa quinta, que Orezolli rebautizó Unión Nacional, tenía una centenaria plantación de ceibales desde Maciel (hoy Figueroa Alcorta) hasta Ramsay y fue sede de históricos asados políticos del Partido Conservador en los cuales, incluso, cantó Gardel. Felix Lima en uno de sus brillantes chispazos, desde las páginas de Crítica, apodò a esta quinta como Churrinche Farm .
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jueves, 19 de noviembre de 2009

LAS DOS CALLES CAMINITO (breve historia de un sendero hecho canción)

Caminito que el tiempo borrado...” dicen los versos iniciales de la conocida canción. Sin embargo el tiempo y la mitología popular, lejos de borrar ese romántico camino poblado de trébol y juncos en flor, dieron vida otros dos senderos con idéntico nombre, en dos ciudades muy distantes entre si.Uno está en Buenos Aires, en el barrio de La Boca, allí donde el Riachuelo gris desmiente a la paleta de Quinquela y el puente se herrumbra de silencios y nostalgias. El otro está en Chilecito, La Rioja, vigilado por el Famatina, gigantesco guardián embozado de nieve. Más de 1000 kilómetros separa a estos dos senderos.

El de La Boca es una breve senda entre las calles Lamadrid y Garibaldi. Posiblemente sea una de las pocas arterias del mundo que carece de veredas y de casas. Originariamente fue un arroyito, un hilo de agua, que corría desde la llamada "Laguna del Piguyi" en la Dársena Sur, hasta la Vuelta de Rocha. Se lo conocía como "Arroyito El Puntín" (disminutivo zeneise de puente), nombre que tomaba de un puentecito situado frente de un almacén, que permitía cruzarlo en tiempos de grandes lluvias e inundaciones.

Con los años el arroyo devino en un cauce seco que el ferrocarril a Ensenada utilizó como desvío para sus trenes hasta 1920. Después la trocha se convirtió en un vaciadero que los vecinos supieron utilizar como atajo.

Uno de esos vecinos, don Arturo Cárrega, tomó la inciativa de sanear el lugar quitando las malezas y nivelando el suelo. Benito Quinquela Martín ofició el bautismo del nuevo sendero, haciendo colocar un pequeño cartel de pino tea (fondo blanco y letras negras) con el nombre inaugural de “Caminito”. Tras de arduas gestiones, el Intendente Municipal de Buenos Aires, don Hernán Giralt logró que la Empresa Nacional de Ferrocarriles -propietaria del terreno- lo cediera a la comuna para convertirlo en una calle boquense . El 18 de octubre de 1959 firmó el Decreto 11.755 oficializando su nombre.

Es obvio decir que Caminito recuerda al famoso tango homónimo que Juan de Dios Filiberto compusiera hacia 1925 con letra del poeta Gabino Coria Peñaloza.

El otro caminito es un sendero provinciano que ostenta el mismo nombre desde 1969. Está situado en los pagos del autor de Mis Montañas . Su recorrido, breve y tortuoso: se extiende entre las calles Martinez y Libertad de la ciudad de Chilecito y honra la memoria de Gabino Coria Peñaloza. Quiere la tradición lugareña que ese sea el sendero que inspiró al poeta . Pero ninguna de las dos calles, corresponde al caminito que evoca la canción.

Gabino Coria Peñaloza era mendocino; había nacido en Acequias el 19 de diciembre de 1879. Recién a fines de 1927 se radicó en Chilecito donde murió, a los 96 años, el 31 de octubre de 1975.

Su poema habla de un sendero silvestre, bucólico, cubierto de tréboles y juncos en flor, que en nada se asemeja al basural de La Boca crecido entre vias muertas del ferrocarril. El mismo poeta se encargó de desmentir la historia urdida por Filiberto y Quinquela. Contó que el caminito que inspiró sus versos, estaba situado en Olta, allí donde muriera lanceado el Chacho, en el límite entre La Rioja y San Luis. Un caminito galopado por las montoneras a sangre y fuego.

No pocas veces la imaginación popular ha querido adjudicarle contenido biográfico a las letras de algunas canciones. Así ocurrió, por ejemplo, con los tangos Malena y Milonguita, heroínas que corporizan distintas historias. Acudo a Enrique Santos Discépolo para intentar una respuesta: no he vivido todas las letras de mis canciones dijo al comentar su obra. Y es natural que así suceda, porque el poeta no narra biografías sino estados del alma.

Coria Peñaloza se radicó en Chilecito en 1927, dos o tres años después de la aparición del tango. Con Juan de Dios Filiberto, además de Caminito, compuso El pañuelito, La cartita, El ramito, La Tacuarita y El besito, títulos todos en deminutivo y anteriores a la famosa canción. Ello permite conjeturar que el título Caminito fue una creación deliberada para continuar la serie. Con ello no afirmo que el sendero inmortalizado por la canción, no hubiera existido. Es posible que, como la mayoría de los poetas, Coria acudiera al recuerdo de los paisajes de su terruño o al de tantos otros caminitos que anduviera por aquellos años inciales del siglo. Presumo que el de la canción es un sendero hecho de muchos caminos por más que el autor lo ubicara en Olta.

En 1939 Coria Peñaloza publicó su libro de poemas Canción de mis Canciones, editado en Buenos Aires por la Librería del Colegio. Curiosamente, entre los poemas, no incluye la letra de Caminito, aunque sí la de las otras que fueron motivo para el cancionero compuesto con Filiberto. ¿Por qué razón habría de excluir, precisamente, su poema más famoso? Carezco de una respuesta, aunque no de gran ansiedad por develarla.

Muchos otros poemas recogen paisajes agrestes y cuitas de amor, que parece haber sido el tema central de toda la obra de Gabino Coria Peñaloza. Hay versos escritos al modo del Marqués de Santillana, hay coplas, seguidilas y también aires nativos impregnados de auténtico color local y nostalgiosa ausencia:

Cuándo veré tus paisajes
cuándo andaré por tus calles
o treparé por tus cerros
o ambularé por tus valles

ay Chilecito
del alma mia
si no te viese
me apenaría.

El tango Caminito obtuvo el “1er. Premio 2da.Categoría en el concurso de Canciones Nativas del Corso Oficial de Buenos Aires Carnaval 1926” según reza la carátula de su partitura original. No obstante, se cuenta, que el público interrumpió su ejecución con una fuerte silbatina.

José Gobello sostiene que con Caminito, comenzó la deslupanarización del tango. En su tiempo, esa letra llena de ingenuidad, pareció ajena a la esencia tanguera con reminiscencias de burdeles y parlamentos lunfardos. Los años se encargaron de desmentirlo: la silbatina del estreno se trocó en un silbo perdurable hasta la eternidad.

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lunes, 9 de noviembre de 2009

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DE COMO CONTRIBUYO EL TANGO A LA REVOLUCION DE 1930

CONTINUACIÓN DE PARODIAS TANGUERAS La historia señala como punto inicial de la asonada del 6 de septiembre de 1930, el discurso que pronunciara Leopoldo Lugones en 1924 en el Perù durante las celebraciones del Centenario de la Batalla de Ayacucho. Ese discurso se lo conoce como "La hora de las espadas".Lo cierto es que desde la llegada al poder de Hipòlito Yrigoyen en 1916, comenzò la prèdica golpista. Lèase a Carlos Ibarguren (La historia que he vivido / Sudamericana 1999 pag. 339 y sgtes) quien, interpretando el pensamiento opositor, no vacila en sostener que era un presidente con "perturbaciones mentales".

Ya en diciembre de 1929, durante la segunda presidencia de Yrigoyen el complot revolucionario estaba definido (ver pag. 407) Dice Ibarguren: "El general Uriburu me llamó a su casa de la calle Tucumán para hablarme, segùn me dijo, de un asunto importante. Concurrì al llamado ignorando por completo de què asunto se tratarìa. Sus primera palabra me dejaron perplejo: Quiero informate –me dijo- que estoy organizando una revoluciòn militar.." (pag. 409)

Lo grave fue que, tal vez sin proponérselo, muchos autores populares, con verdadero ingenio, contribuyeron a mellar la figura del caudillo con festejadas parodias, ayudando a socavar también las bases institucionales de la República. Las consecuencias no es necesario mencionarlas porque aùn las estamos viviendo.

Una de esas agresivas parodias se cantaba sobre el tango de Discépolo, "Soy un arlequín", rebautizado para el caso como "Soy un radical":

Soy un radical
un radical de última hora
con el buen fin
de conseguir un lindo empleo.
Me fui al comité
cansao de ser fiacún y reo
porque pensé
que iba a a calzar en el Correo.
Me engañó el clamor
de que el Viejo los daría al por mayor.
Vi el comité
pensé en la papa
y me clavé.

Nadie me dió ni una esperanza.
Inutil ansia fué mi berretín.
Perdoname si fuí zonzo
y si me dejé engrupir
si he pensado que el Peludo
podía fijarse en mi.
Engrupidor!
Piantá de ahí.
...........................................................

Con reforma de la letra original de "Como todas" de El Viejo Pancho (José Alonso y Trelles) se conoció este otro engendro propagandístico del golpe setembrino:

Óigale el Peludo. ¿No sabe que el pueblo
se irá con los hombres que a vos te repudian
y quedarás solo con tus cuatro gatos
prendidos al bofe de nuestra Res-pública?

No siento tu pena que ha de ser fingida,
siento de la del pueblo que sufre y que llora
pues se le hizo cierto que vos lo querías
y que iba a salvarlo la misión histórica

Sentiría la rabia desatada y loca
del bagual arisco sujeto al palenque,
pero el bagual juerte se libra a tirones
ya que la manea y el brozal se ruempen
.................................................................

Con la misma tendencia aparecieron otros versos titulados "La pulpera de la casa rosada", obviamente parodiando el poema de Héctor Pedro Blomberg "La pulpera de Santa Lucía":

Era hermosa y cargada de plata
mano abierta coqueta y ladina
y les daba esperanzas a todos
la gentil Presidencia Argentina

Prometía negocios soberbios,
mangoneos, prebendas, millones,
los caudillos de cuatro partidos
sus piraban en las elecciones.
...............
La llevó finalmente el más Viejo
cuando el año 28 moría
Y hoy recibe con amansadora
y no tiene las cuentas al dia
................

Con gracia impecable -debemos reconocerlo- fue compuesta esta otra pieza satírica, muy poco conocida, que se tituló "El mazorquero del Ku-Klux-Klan" sobre el molde de los versos de Blomberg titulados "La mazorquera de Monteserrat"

Cumplió treinta años el mes de enero
del año rojo, vulgo el actual,
y lo llamaban El Mazorquero
porque era miembro del Ku-Klux-Klan

Eran sus ojos negros traidores
y retozaba como un bagual
y los sargentos y batidores
le dedicaban este cantar:

Cuida el buen nombre del Hombre austero
porque cien lenguas lo insultarán
por tu prestigio de Mazorquero
porque eres miembro del Ku-Klux-Klan.

Bajo el bigote sus labios fieros
al oir esto reían más,
y las guitarras al Mazorquero
le acompañaban este cantar:

Por nuestra causa degollaría
a los del Régimen torpe y falaz
y a las dos Ligas les “ligaría”
toda la bronca del Ku-Klux-Klan
....................................................

La parodia, como se advierte, llevaba una fuerte embestida contra el gobierno de Yrigoyen acusado también, por esos años preparatorios de la asonada militar, de haber armado una fuerza de choque llamada El Clan Radical.

La misma intención crítica, se repite en la parodia del tango "Palermo" de Delfino, Braga y Villafañe, frente a la noticia de que el gobierno tenía en estudio un decreto para suspender las reuniones hípicas:

Bendito seas Palermo
lo tenés al Viejo enfermo
pues te quiere clausurar
¿Y qué haremos los domingos
los burreros sin los pingos
sin los tangos pa broncar?
...............................................

Yrigoyen
me va encerrar los pingos
Qué aburridos
pasaré los domingos!
Por el Viejo
me encontaré fané
Mas, qué le voy a hacer
si él tiene el poder!
Ilusiones
de un dato macanudo
se deshacen
por culpa del Peludo
A las cartas pondré todo mi amor
Qué le voy a hacer
si soy jugador.
.......................................................
Esta serie de parodias -más otras que en homenaje a la brevedad no incluyo- culminò con un tango oportunista que firman Anselmo Aieta y Francisco Garcìa Jimenez, titulado "Viva la patria" que es una apologìa de la revoluciòn que comentamos y que Gardel grabara el 25 de septiembre de 1930 con las guitarras de Aguilar, Barbieri y Riverol.

El lector que estuviere interesado en conocer màs a fondo los entretelones de la revoluciòn de 1930, puede leer en la pag. 410 del libro mencionado, el documento titulado “Algunos apuntes sobre lo que yo vi de la preparación h realización de la revoluciòn del 6 de septiembre de 1930. Contribución personal a la historia de la revoluciòn” en cuyo pie figura esta nota: Son solo apuntes, falta redacciòn. Firmado Capitan Juan Peròn.


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miércoles, 4 de noviembre de 2009

PARODIAS TANGUERAS

La parodia es, por definición, la adptación burlesca de una obra seria. Es un género literario nacido en Grecia en tiempos de Aristófanes (445-385 a C) cuyos trabajos, tomando a broma la tragedia clásica, fueron célebres. En realidad se trataba de acerbas críticas a los valores literarios, morales y políticos de su época. Aristófanes escribió unas cuarenta obras de las cuales sólo llegaron a nosotros once. Entre las más conocidas sólo citaré las tituladas Los caballeros (escrita contra el demagogo ateniense Cleón), Las nubes ( contra Sócrates), Lisistrata y Las Aves (contra la guerra y la indiferencia política).

Si bien durante ese tiempo de la Grecia ateniense, la parodia tuvo su mayor esplendor, en la edad media los textos paródicos también alcanzaron altura literaria. El Libro del buen amor de Juan Ruiz Arcipreste de Hita (1280-1350), famoso por su contenido ciertamente obsceno, es una de las obras imperecederas de la literatura castellana. Consta de 1728 estrofas donde con desenfado y humor, se entrecruzan los vicios y las moralinas de la época, parodiando textos clásicos de Ovidio, Esopo, Fedro e incluso otros de origen árabes y provenzales.

Es indudable que la obra maestra del género la escribió don Miguel de Cervantes Saavedra, quien pretendiendo parodiar los libros de caballería de entonces, hizo del Quijote una de las obras clásica de la literatura universal. En nuestro tiempo cultivaron el género, entre otros, Ramón Gómez de la Serna, Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares.

El tango no se sustrajo a esa tentación burlesca. Muchas de las primeras letrillas conllevan esa intención.

Hacia 1906 Eloísa D’Herbil de Silva compuso una suerte de parodia del tango La morocha de Villoldo y Saborido, que tituló Yo soy la rubia (retruque de La morocha) cuyos versos, claramente, trasuntan la intención festiva de la composición:

Yo soy la rubia gentil
la de los cabellos de oro
la que conserva un tesoro
en su lánguido mirar
........................................

Algunos años después, Vicente Greco, el glorioso Garrote, dió a conocer una celebrada parodia de la famosa Sonatina de Rubén Darío que tituló La percanta esta triste. El tango se lo dedicó a “la primera tiple Delfina Fuentes, genial intérprete de la musa criolla”

La percanta esta triste
¿qué tendrá la percanta?
En sus ojos hinchados
se asoma una lágrima
rueda y se pianta.
La percanta esta triste,
no hace más que gemir.
Ya no ríe, no baila ni canta
y la pobre percanta
no puede dormir.

También el negro Celedonio Flores, tentado por la musa rubeneana, compuso un poema de similar contenido:

La bacana está triste, ¿que tendrá la bacana?
Ha perdido la risa su carita de rana
y en sus ojos se nota yo no sé que pensar;
la bacana está sola en el patio sentada
el fonógrafo calla y la viola colgada
aburrida parece de no verse tocar.

Hacia 1920, con la firma de A. Calleja, El alma que canta publicó la letra de un tema titulado Atorrante, que es una forma paródica del tango Milonguita de Delfino y Linnig. Milonguita -había sido estrenado por Maria Esther Podestá en el sainete Delikatessen House, en el teatro Opera el 12 de mayo de ese mismo año, convirtiéndose de inmediato en un gran suceso popular:

Te acordás atorrante, curdela
fuiste el taita del barrio e´ Las Ranas
con el funghi cantor, gran melena
y en la oreja prendida una flor.
En las noches de bronca y bailongo
a la paica la hacías soñar,
la engrupías con aquellos cortes
y hoy, curdela, no hacés más que llorar

Atorrante
hoy te lleva el vigilante
porque siempre estas mamao
sos un pobre desgraciao.
Atorrante
la bebida te ha matao
y de olor que despedís
lo voltías al que est[a al lao.
................................................

Uno de los temas que mas versos apócrifos ha soportado, es sin duda Mis harapos o Los harapos atribuído a Alberto Ghiraldo sin certeza documental alguna. Recuerdo una de las parodias que comenzaban así:

Caballero del ensueño tengo sueño y no apoliyo

Sobre la misma música, Oscar C. Delorenzi compuso una curiosa parodia de Mi noche triste, cuyos versos se reproducen en el nº 4 de la revista de Bucchieri:

Percanta que me amuraste en lo mejor de mi vida
te fugastes engrupida en anca de un berretín
te hiciste tonadillera, pasarás ratos extraños
y a fuerza de desengaños volverás pa´mi bulín
...........................................................................

Asimismo existe, sobre la misma música, una letra de Antonio R. Pazos titulada El paria, en la que, si bien no se advierte una intención jocosa, he querido citarla dentro de las muchas versiones que inspiró Mis harapos.

Ya se fueron para siempre aquellos floridos años
en que ningún desengaño amargó tu juventud
se fueron las diversiones, se fueron las alegrías
viniendo después los días de dolor e ingratitud.
...............................................................................

Los editores de El alma que canta, Russo y Bucchieri , incentivaban la creación de parodias. En cada número de la publicación incluían Nuevas Colecciones de Canciones, Tangos, Estilos, Cuples, Valses, Parodias, etc. lo que acredita la difusión que tuvo el género por ese entonces y el beneplácito con que lo recibía el público. Pero, indudablemente, las más festejadas parodias, fueron compuestas para las revistas teatrales de actualidad político-social de los años 20 y principio de los 30. Ninguna de ellas alcanzó a tener posteridad porque estaban referidas a temas coyunturales del momento.
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